Preguntas comunes acerca de nuestra decision de emigrar

Ciertamente emigrar no es facil, tanto para los que se van como para los que se quedan las dudas del futuro que les espera los inquieta mucho. Generalmente la esperanza de encontrar una vida mejor en ocasiones atenúa esas inquietudes, sin embargo no hace mas facil el tomar la decision y ejecutarla. Por eso se me ocurrió colocar las preguntas que comunmente nuestra familia y amigos nos hacen acerca de nuestra decisión de irnos y de paso tan lejos. 

¿Por qué se van si están tan bien aquí?

Realmente nosotros aquí no estamos “bien”. Ciertamente tenemos estabilidad, casa propia y un ingreso aceptable pero eso no protege a nadie de la “situación” del país. Es decir, nada nos exenta  de que un día la inseguridad nos deje sin nada, sin casa, sin enseres, sin trabajo etc., o que por problemas de salud tengamos que vender hasta el alma para salvar la vida de alguien querido, o del hecho de que para darle una educación de mediana calidad a nuestros hijos tengamos que trabajar 32 horas al día. Además, es estar bien vivir en un país donde tienes que darle gracias a Dios porque cuando te roban no te matan?  Perdón, pero para mí, ni teniendo toda la plata del mundo eso es estar bien.

¿Y que vas a hacer allá?

Exactamente lo mismo que hago aquí: Trabajar todos los días para traer el sustento al hogar. La diferencia entre allá y aquí: Que nuestra seguridad personal, social, asistencial y educativa va a estar garantizada y no dependerá de volcar todo lo que gane en vigilantes, seguros privados, guardaespaldas, colegios, etc.

¿Qué pasaría si les va mal? ¿Se regresarían?

Lógicamente, hay que contemplar la opción de que no nos pueda ir bien desde el principio. Sin embargo las experiencias previas junto a la solida información que nos llevamos “pre-cargada” nos dan un buen augurio. Es mas, nuestra intención es “quemar el puente” y la opción de fallar la hemos casi que descartado. Peeeeero, es verdad, sería irresponsable no tener un Plan B en caso de fallar. Y fíjense que si lo tenemos: El Plan B es “resolver allá mismo”. En el supuesto caso que tuviéramos que regresarnos ¿Cuál es el destino que nos esperaría a nosotros aquí en Venezuela de regreso con tres chamos, sin un céntimo, sin casa y sin trabajo? ¿Cuáles son las oportunidades que brinda el país en estos casos? Por eso es que hemos acordado como familia: si nos va mal allá, resolvemos allá.

¿Por qué tan lejos?

Porque Australia es el país que nos ha brindado la oportunidad, no lo ha hecho mas nadie. Realmente la lejanía es un hecho que hay que enfrentar cuando decides visitar, bien sea de regreso a tu familia o tu familia a ti. Pero eso no ocurre todos los días, es algo anual o de cada dos o tres años. Del resto, las telecomunicaciones han convertido el mundo en una aldea. Con las herramientas tecnológicas necesarias (que no son nada costosas) tú puedes estar mas enterado de lo que le pasa a tu familiar al otro lado del mundo que a tu vecino del frente. Simplemente viéndolo desde una perspectiva amigable, la lejanía es para Australia lo que el frio es a Canadá. Una particularidad natural a la que hay que adaptarse.

¿No les atemoriza la discriminación?

Afortunadamente Australia se ha levantado a partir de la inmigración. Es común ver allá decenas de nacionalidades, de acentos y rasgos físicos distintos, por ello, décadas de inmigración han hecho al australiano una persona tolerante e integradora. Adicionalmente, el que haya un programa estructurado de inmigración hace que esta sea “deseada” a diferencia de otras latitudes donde la mayoría de la inmigración sea en muchos casos “aceptada” y en el peor de ellos “no deseada”.